Crisis de la basura: Los vertederos de La Araucanía están colapsados.
Jacques Phillippes Truan Laffont
Ingeniero Agrónomo DGE
Líder Ambiental
La región de La Araucanía atraviesa una grave crisis ambiental debido al vencimiento de la vida útil de sus vertederos y rellenos sanitarios. Este escenario se traduce en un gasto superior a los 24 mil millones de pesos, que se destinan a la recolección, traslado y disposición final de residuos, recursos que podrían invertirse en mejorar la calidad de vida de los habitantes de una de las regiones más empobrecidas del país.
Según la Subsecretaría de Medio Ambiente, el 90% de los sitios de disposición de residuos están colapsados. “La Araucanía enfrenta una grave crisis 17 de sus 32 comunas envían su basura al Biobío, asumiendo altos costos de transporte. La misma Subsecretaria revela que el costo municipal por recolección, transporte y disposición de residuos alcanza los $23.550 por habitante en La Araucanía, superando en $2.427 el promedio nacional. Además, el costo por tonelada gestionada es de $63.825, $13.855 más alto que el promedio del país; el gasto por habitante en La Araucanía es un 27% mayor que en la Región Metropolitana, lo que evidencia la urgencia de soluciones más eficientes.
“El traslado de basura no solo genera costos desproporcionados para los municipios, sino que también intensifica el impacto ambiental con altas emisiones de CO₂. Este modelo no soluciona el problema, simplemente lo traslada a otro lugar, perpetuando la contaminación y afectando la calidad de vida en las comunas.
En conversatorio realizado en septiembre 2023, Jacques Truan, vocero de la ONG MADRE (Movimiento de Amigos en Defensa y Resguardo Ecológico), señaló que la solución para la disposición de los Residuos Sólidos Domiciliarios, era holística y no única pasando por diferentes enfoque que hoy podrían contextualizarse como RRR o Economía Circular. Proceso que demandaría a lo menos diez años.
Al respecto la Academia concuerda con lo dicho por el Ingeniero DGE Líder Ambiental Truan Laffont, María Eugenia González Ingeniero Ambiental, Doctora en Ciencias Ambientales, docente e investigadora de UFRO manifiesta al diario Austral “Si no queremos Planta Incineradora, debemos generar menos residuos y no hay cultura para eso”. “Necesitamos (la Incineradora) para hacer esta transición. Los cambios culturales en materia ambiental pueden demorar entre 20 a 30 años; el problema lo tenemos ahora”.
Pareciera ser que los alcaldes de la Asociación de Municipalidades Araucanía Andina no tienen clara la situación, algunos insisten que el problema debe solucionarse individualmente, y que el camino va por la basura cero; situación difícil y a muy largo plazo.
De acuerdo a datos de INE y Subsecretaría de Medio Ambiente, La región de La Araucanía produciría 449.941 toneladas al año de los cuales solo 260.966 serian compostables, y 40.495toneladas año deberían disponerse en vertederos.
Si consideramos la comuna de Lautaro, sede del conversatorio AMRAA, los RSD sería del orden de 18.480 toneladas año de los cuales 10.718 corresponderían materia orgánica compostable, 2.587 a papeles y cartones, 2.023 plásticos, 739 vidrios y 2.413 toneladas a disponer en vertederos; situación ideal que dista mucho de la realidad.
El reciclaje es un paso clave para reducir los residuos, pero no es suficiente para manejar las grandes cantidades que se generan. Por ello, tanto la academia como lideres ambientales estiman necesario la aprobación del proyecto Waste-to-Energy (WTE) , una iniciativa que transforma los residuos no reciclables en energía limpia, reduciendo la dependencia de los vertederos y minimizando el impacto ambiental.
Este proyecto representa una solución moderna y sostenible para el manejo de residuos sólidos en la región. Además, cumple con todos los estándares técnicos y ambientales exigidos por el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental (SEA). Sin embargo, el Comité de Ministros rechazó su implementación, priorizando criterios políticos sobre fundamentos técnicos, lo que ha retrasado una solución urgente para La Araucanía.
Seguir dependiendo de vertederos no solo es insostenible, es irresponsable. “No podemos aceptar que la única respuesta sea abrir más vertederos, perpetuando la contaminación, los altos costos y el impacto ambiental. La región necesita soluciones limpias y modernas”.
Una fuerte política de reciclaje más el proyecto Waste-to-Energy (WTE) son la solución integral que la región necesita para enfrentar la crisis de residuos. Al transformar los desechos no reciclables en energía, se reduciría la dependencia de vertederos y los altos costos asociados al traslado de basura, además de mitigar el impacto ambiental.
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